Estábamos allí sentados en la plaza
una tarde frugal y sin embargo azul
y extrañamente lenta de Verona.
Como en una postal, pensé, la tarde,
el paspartú, una manzana.

Esbozo en un cuaderno los detalles
como la mano o el paso de la luz
a través de los puestos del mercado,
donde la voz nerviosa
y la intención venal de los tenderos
encuentra su razón.

Y tú y yo en la mitad de ese mercado,
compañeros de viaje y de la vida,
esperando tan sólo
a encontrarnos de nuevo con la noche.

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