Corren tiempos difíciles para la humanidad, hombres racionales que creen vivir en paz mientras niños en tranquilidad juegan a la guerra.

Cambios necesarios de ocurrir, pero que nunca llegan. Miedo a lo nuevo, porque transformar lo establecido no es rentable para esos hombres de paz.

Que los niños hablen y luchen con sus juegos, porque sus palabras son verdades y sus distracciones realidades. Que los hombres aprendan y escuchen, porque sus verdades no son buenas palabras y sus realidades son distracciones.

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