En cualquier lugar puede estar el paraíso - dijo él.
La cogió por la cintura y sonriendo la llevó al patio donde había instalado las alfombras y los cojines.
El suelo está duro -dijo-, pero encontraremos la postura si ambos queremos.
Y ella lloró comprendiendo que entre la luz y la sombra uno puede encontrar oxígeno si solamente respira.
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