Hay una Voz que siempre en sueños me llama con afán, con demanda quejumbrosa como si tuviera un gran sufrimiento. Me angustia, y acabo despertándome, aturdida, recordando que estaba soñando. Tengo que decirles que no todo siempre es realidad o sueño. Yo vivo en dos realidades. Bajo mis pies, el que piso día a día en cada movimiento. Y el otro. El otro está ubicado sobre mi cabeza o alrededor de ella. Ambos paralelos. El de abajo es el día a día. El de arriba no tiene tiempo. Es atemporal e igual puede ser segundo a segundo, que hora a hora o que mes a mes. En cualquier caso, siempre aparece y muchas sin yo percatarme.

Una noche decidí descubrir el misterio. Quién es esa Voz, y más importante aún, qué quiere esa Voz de mí. En sueños la convoqué a que me contestara- Dime Voz, dime qué quieres- Pero la Voz respondía sólo para nombrarme “Ari” pero con la i muy larga en tono demandante y doloroso así “Ariiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii” Nada más.

¿Qué quieres de mí? -dije

Ariiiiiiiiiiiiiiiiiii -respondió.

Pero yo estaba dispuesta a llegar hasta el final. Sin miramientos. Sin pensarme qué tipo de realidad era la apropiada. Acostada, sentada o levantada apoyándome en la realidad de abajo o no. Iba a seguirla Me concentré en la Voz, la seguí y la alcancé. La cogí a través de mi energía porque mi parte etérea no tiene brazos y además ella era una Voz.

Dime ahora, dime qué quieres de mí -y la Voz se quedó muda.

Vi que la Voz era de color negro. Tenía una negrura que aspiraba lo que le rodeaba, como si quisiera tragarme.

¡Háblame por favor! ¿Qué quieres de mí? …y empecé a llorar.

Allí estábamos, en la realidad de arriba, la Voz y yo.

Me sobrevino una gran frustración e impotencia. Y… la tristeza apareció. Fue en ese instante cuando la Voz se transformó en “expectativas sobre mí” con Nombre Propio. Y la reconocí. Una lluvia de expectativas que habían ido cayendo sobre mí desde que tengo uso de razón, expectativas inalcanzables como la Voz negra de las noches. Y lloré. Encontré la tristeza de no poder Ser, tal y como soy, en la realidad de abajo suficiente para ella.

6 comentarios:

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  2. Un relato muy metafísico. Y oscuro. Tal vez el psicoanálisis no sea suficiente para entender esas "otras realidades" que rondan nuestras cabezas. En ocasiones, puede incluso ser un obstáculo. Bonita foto...

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  3. muy chula Sara, gracias por escoger la foto te ha quedado genial.

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  4. ¿Por qué ese afán de ser fiel a la voz que te tortura,que te juzga,que quiere trasformarte,que no te deja en paz ni en sueños? Me resuena tu sueño.
    Pero yo quiero optar por engrandecer ese Ser,ese niño pequeño, tantas veces abandonado a su suerte,ignorado,abandonado, que desde su silencio implora mi cariño.

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  5. Rosa, buena elección.

    El auténtico final de la historia es éste: "Y la vida sigue… y cada vez con menos voces"

    Gracias por tu aportación y besos.

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  6. Leyéndolo detenidamente.Cada vez me gusta más.

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