Llegaste a mi vida como un regalo. Tu frescura inundó cada uno de los espacios. Con sentido de presente, sin reclamar nada a cambio. Tu mirada limpia recorrió los escenarios en los que cada uno deambulamos a diario. Tu presencia inundó de alegría nuestro rutinario existir. Ahora, tu ausencia apenas se percibe. Tu olor lo ha impregnado todo. Eso has sido tú, un pequeño Kadó.

1 comentarios: