Yo no puedo completarte, ni tú a mí. Creando el enredo si buscamos satisfacción permanente y plena.
Yo puedo simplemente estar aquí y escucharte, puedo compartir la palabra y el silencio. Puedo abrazarte.
Tú puedes besarme y sentirme hasta el punto donde los sentimientos alcanzan… Detrás de ahí, en el límite llega el abismo donde nadie llega, sino que uno se encuentra consigo mismo y se mantiene.
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